30/7/08

Despacio, burocracia!

porque este es mi espacio.. digo lo que quiero.
y grito!
¿que es esto?
a pesar te tratar de mejorar, el sistema te engulle
la bestia de mil cabezas, se regenera.
a pesar de cortarlas mil veces, mil veces más crece.

cada engranaje oxidado detiene la maquinaria
y empujando la piedra hacia la cima, las fuerzas de desvanecen pronto.

inspiro, expiro... algo habrá que hacer...
vuelvo a mis tareas, dando vuelta páginas de hartazgo...
haciendo números imaginarios
tramando estrategias para desacer las rutinas

3/7/08

de regreso


Tardé unos segundos en creerlo, la noticia llego en el lugar menos pensado y de boca de quienes podría haber hablado siglos de mil cuestiones antes de mencionar este tema.Durante un rato mi incredulidad me susurraba por sobre el hombro: "no... no debe ser cierto, seguro es otra persona" y lo hacía con tal convicción que por un momento le creí.Uno imagino mil veces como sería, habiéndose acercado tanto a lo que desde la distancia se recortaba en las noticias encerradas en los aparatos de televisión, y que se asemejaba a una fábula terrible de personajes que poco tenían de carne y hueso.En este tiempo en que Penélope tejió y destejió su trama, esperando la novedad de su retorno, se creyó en la euforia, se confió en la emoción, se subestimaron los mares de alegría, se pensó en lo sublime y así, el mito creció.Cuando por fin di satisfacción a mi occidental necesidad de ver, alimentada hasta el hartazgo por los espejismos de lo cotidiano que de todo hacen desconfiar, solo ahí, creí.Pero algo raro sucedía, la figura escuálida de la memoria apenas si se colaba en las marcas de una incipiente vejez alimentada en los descuidados años de la selva.La exuberancia de la libertad y del reencuentro, apenas si era un contenido quiebre en la voz, y unos ojos profundos que miraban el pasado perdido de sus ya no, pequeños niños.Tanta mesura inesperada y tan poca violencia empleada para hacerla volver, de esa que ha sido carta necesaria en los últimos tiempos, alimentaron monstruos capaces de engullirse sin más, el mito de quien hasta ayer no más, era la encarnación misma de la libertad.Sobre todo esa distancia escalofriante entre las emociones contenidas de un regreso inesperado y la euforia que creíamos que se iba a derramar, hacían dudar de la legitimidad de una historia indeseable.Pero el problema no es de ella, sino nuestro que esperábamos tener un final que nos conmueva más aún. Con qué derecho exigimos que esa persona que no conocemos, nos entregue las últimas páginas de una historia que escribimos nosotros. Después de lo vivido y que nadie puede imaginar, nos volvemos dictadores de la emoción ajena y además tenemos la arrogancia de hacerla cargo del mito que nunca hubiera querido ser.
Podremos dudar del cómo, del porqué, del cuando… podremos disentir en todo nuestro derecho de sus opiniones, como ella está en su derecho de emitirlas.
Podremos dudar de la falta de emoción y hasta que no nos convenza; pero es seguro que no podemos dudar de como todo esto empezó, un día a ella se la llevaron.Y sin dejar de tratar de entender los cómo y los porqué, debemos entender que este es un buen punto de partida que no podemos dejar pasar.