12/8/09

vacío

A veces, las palabras se presentan sin aviso. Se enredan en frases que descubren pasajes de la mente. Se desilusionan o enriquecen. Desnudan miedos, o le dan forma al futuro en proyectos que se hacen visibles al compartirlos con otros. Y así como vienen, de pronto ya no están. Sin la prisión de un lápiz y un papel a la mano, se desvanecen hacia otras bocas para ser dichas en otro orden, por otras voces gritadas, o susurradas. Inauguran significados siempre cambiantes. Impunes, ajenas a los sentidos que pudieran habernos revelados, se nos extrañan. Se hacen parte del olvido de lo cotidiano que no podemos retener. Eso es el vacío, es el porque no hay. Quizás, nuevas experiencias faltan. Quizás, el vacío, es porque hace falta un manantial del que broten palabras, frases, textos... cuentos, anécdotas... quizás...

¿Será una epifanía retorcida? A las palabras hay que hacerlas crecer, hay que nutrirlas sacudiendo lo cotidiano. Llenar el vacío viviendo, llenando el vacío de palabras.

19/6/09

la revancha - por Hernán Casiari

Algunos quizás lo conozcan, por "la verdadera edad de los países, en Coctel de Países", que apareció como recomendación y cita en este espacio, y sabrán que es el autor del blog sobre el cual se basa la adaptación de Antonio Gasalla, para la obra "Más respeto que soy tu madre".

Siempre desopilante, y con una franquesa corrosiva en los detalles, no le tiembla el pulso para desandar intimidades que pueden irritar pacaterías retrógradas, a la vez que destila genialidad en el trazo reconocible de ironía y humor inteligente.

Recomendando tomarse 5 minutos y leer "La Revancha", lo van a disfrutar.
(para leer el artículo, seguir el link, cliqueando sobre el título)

22/5/09

sepan disculpar


fuimos creados por los dioses

1. Un Arquitecto no es que sea prepotente, es que está rodeado de inútiles. 
2. Un Arquitecto no tiene el ego muy grande, es que el cuarto es muy chico
3. No es que quieran tener la razón siempre, es que siempre la tienen. 
4. Un Arquitecto no es que carezca de sentimientos, es que los otros son unas nenas lloronas.
5. Un Arquitecto no tiene vida desorganizada, es solo que tiene un ritmo de vida muy particular. 
6. Un Arquitecto no ve pasar el mundo, lo cambia. (para eso estudiamos!)
7. Un Arquitecto no es que sea un creído, es que los simples mortales no lo comprenden.
8. Un Arquitecto no es un ser calculador y frío, simplemente le parece divertido pasar por encima de la gente común. (postaaaaa! jajaja)
9. Un Arquitecto no es un enredador de situaciones, es que los usuarios no entienden nada.
10. Un Arquitecto no es un crítico, es que los errores de la gente son muy evidentes.
11. Un Arquitecto no es un inútil para hacer tareas cotidianas, es que para que la gente gasta sus valiosas energías en tareas inútiles, y además un trapo de piso es una maquina muy compleja y no se puede configurar. 
12. No es que el trabajo los absorba, es que... de que carajo estaba hablando?
13. Un Arquitecto no comete errores, solo prueba si los demas estaban prestando atención!!
14. Los arquitectos no es que se crean la gran cosa, ES QUE LO SON!!! 

(nota de vanesa que pedí prestada amablemente sin que ella me autorice a usarlo aún)

17/5/09

homenaje

se fue, ya no podremos descubrir nuevos versos simples y de profunda marca.
deberemos aceptar que el disfrute será de lo dicho, sin más.
se fue pero dejó mucho que quizás hoy empecemos a conocer.
para mi, lo mejor vino de su puño.


No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo

y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas

entonces

no te quedes conmigo.

mario benedetti
1920 . 2009

15/5/09

parece que va a escampar....

un horizonte de nubarrones sólidos de espuma gris, una tarde fría con luz desganada y un puñado de rumiados enojos, fueron compañeros de a ratos.

tiempos sin ritmos, vacios profundos con dudas de ganas.

con el aliento incasable de los cercanos, de los que creen, de los que no te dejan y sostienen... a veces sin saber muy bien cómo... se atraviesa el llano.

sin buscar un rumbo, por no saber buscarlo. sin querer llegar porque el camino no se nos han mostrado.

nos protegemos sólo con la obstinación de pensar que algo más espera, pero que también hay que salir a encontrarlo...

así, como viene el temporal, así sin avisar, después del revuelo se va.

el mar de nubes comienza a alejarse sin acusar culpas, y sin escrúpulos, nos deja empapados de dudas... y mientras se disuelven los charcos que desdibujan el contorno de lo que conocemos, al fin parece que el viento amaina y nada va quedando de la llovizna que humedeció las certezas que antes nos cobijaban.

sentado, con la vista borrosa de agua, es tiempo de sacudirse el alma, estrujar las ganas y partir de cara a algún mañana...

17/4/09

Premio AFIP SCA

Posted by Picasa

pequeño presente, recordatorio, premio, pero es nada recibido por el último de los trabajos que compartimos para el diseño del edificio de la AFIP, en la ciudad de Rosario.

In Memoriam Pierre Jeanneret - "Modulor" 1948

FOTOS CONCURSO

3/3/09

El celular de Hansel y Gretel

Alguna vez he dado lugar aqui a relatos de otras mentes... y como sabrán este señor es uno de mis preferidos... con ustedes el magistral Hernán Casciari.

Anoche le contaba a mi hijita Nina un cuento infantil muy famoso, el de Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.
En el momento más tenebroso de la aventura, los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa.
Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer.
Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: 'No importa. Que lo llamen al papá por el celular'.
Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años. Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.
¿Ya está?
Muy bien. Ahora ponga un celular en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.
¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?
La Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las viejas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor.
Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.
Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria.
Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam.
Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica.
Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí.
Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana.
Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.
Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler).
Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA,
PERO NO STOY MUERTA.
NO T PRCUPES NI
HGAS IDIOTCES. BSO.
Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción 'Banda ancha móvil' de Movistar.
Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados. La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano@goodmornig) pero a nadie le funciona el Messenger.
La famosa novela de James M. Cain -'El cartero llama dos veces'- escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los correos entrantes' y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.
Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, 'Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura', la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.
En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.
La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al espejo sobre 'quién es la mujer más bella del mundo', porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90 la conexión y 0,60 el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.
También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.
Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.
Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa.
La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche la Nina, sin querer- nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.
Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora?
No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador. ¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo un mensaje binario, una alarma.
Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.

Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

28/2/09

Yo, tu el... y los demás también.

No deja de ser parte de todo… no se revela como ideal.
No es ideal, no. Es real.
Yo, tu, el y los demás también.
De saber quien es quien,
y de aprender a separar las partes se trata.
Cada cosa ocupa su lugar, según quien se encargue de ordenarlas.

Es así que por elegir aprender, nadie garantiza que el aprender sea sencillo.
Cada palabra sufre la condena de arriesgarse a no ser espontánea
si por tratar de ser clara y sincera, se mide y retacea.
Es que de sus impensados sentidos o de un decir inexacto se debe escapar
si es que no se quiere herir creyendo empuñar una pluma,
y en realidad se está sosteniendo una espada.

Los nuevos retos impuestos sin conciencia unas veces, con audacia algunas mañanas,
desafían en formas impensadas, desestabilizan las razones
y desvanece la certeza hasta en las convicciones más acomodadas.
Desarmado, sin defensas… no se piensa en retiradas.

De otro mundo, donde todo esta bien… hasta en las raras encrucijadas.
Con comprensión y pocos problemas
con frases que parecen dichas antes, o de a ratos inventadas,
poco ortodoxas seguro, pero que me creo que no dan lugar a malas pasadas
brota un halo de calma, se alimenta la confianza.

Una sorpresa grata, una mirada.
Un gesto simple… una historia nada complicada..
Una promesa de diálogo siempre, hasta en la peor de las rabias.
Un pacto que se teje a diario, que se basa en pautas no acordadas…
Quizás en un pasado, o en el conocimiento sólo de ayeres.
O en descubrir que se quiere ser más… sin pretender ser nada.

12/2/09

Definiciones

Los invito a jugar un juego.. (por que a otra cosa no se puede jugar y no pedire nunca invitarlos a jugar una mala pasada).

Se llama: ¿A ver quién se define mejor?... no me refiero a las cosas evidentes, que a los ojos de todo están, sino al recorte que podemos cada uno hacer de nosotros mismos...
Y sólo para ordenarnos, se me ocurre poner unas reglas: la primera, se debe ser tan breve como se pueda. La segunda, no vale ser tan breve que no implique dedicarle un segundo y quemar cierta cantidad decente de neuronas.
La tercera, deben responder en los comentarios de este blog, nada de mails, palomas mensajeras, ni insultos en la calle.
Cuarto, no valen obviedades... y es mejor dejar librado la mayor parte a la imaginación, que volverse explícito...

Yo abro la partida... pero como a mi se me ocurrió jugar a esto, no voy a seguir pensando. Así que me voy a tomar prestada la definición de alguien más (gracias hermanito por la fuente, "fue una gran inspiración").

Entonces, quisiera que se diga de mi: "Irremediablemente cuestionador de las ideologías, románticamente enamorado del pensamiento racional, alérgico a las posmoderneces. La muerte es un detalle muy molesto que hace de esta una existencia poco seria. Lamento que no existan dioses, nos deben varias explicaciones."

8/2/09

Ya se cuentan 365

Apenas ayer el estomago era un nudo de nervios. Las dudas, las expectativas, las ilusiones, no cabían dentro del equipaje. Las horas de viaje se volvieron tan largas, como breves resultan hoy las instantáneas de esos recuerdos, con soles, nubes, luces y sabores de lugares nuevos.

Un momento único que quisimos que dure por siempre. Caras que robamos a gente desconocida para hacerlas parte de los nuestros. Los abrazos que dimos con fuerza intentando atrapar para siempre a los que llamamos amigos, no resultaron tan fuertes, pues a pesar del esfuerzo, lejos nos hemos ido.

¿Porqué se nos vuelve tan distorsionada la percepción de lo que pasó?
Si es un corto viaje, apenas hasta mTamaño de fuenteuy lejos, el que nos separa de una taza de chocolate y una charla única junto a la ventana. Con acentos de novelas y costumbres raras, pensamos en esos días, el de ayer... el de hace un mes... o de hace muchas semanas.
Entre el deleite de desandar las vidas de los compañeros, se colaron saberes duros y buenos maestros. Aprendimos de todo, de todos, de nosotros, nos conocimos.
De vez en cuando, alguien se asoma con un mensaje, nos cuenta a pausas eternas con que pasa sus días, o con quien lo comparte. Con los pulmones llenos y listos para un aliento largo, se nos recorta una mueca de alegría cuando sabemos de aquellos ahora deben pensar impar... porque al 1+1 que habían elegido formar, se les suma un pequeñito digito más...
Ya se cuentan 365, las veces que despertamos desde aquel amanecer temprano en bogotá, lejos para algunos, propia para otros... y aún me parece que en cualquier momento, doblando en alguna esquina nos volveremos a encontrar.