28/2/09

Yo, tu el... y los demás también.

No deja de ser parte de todo… no se revela como ideal.
No es ideal, no. Es real.
Yo, tu, el y los demás también.
De saber quien es quien,
y de aprender a separar las partes se trata.
Cada cosa ocupa su lugar, según quien se encargue de ordenarlas.

Es así que por elegir aprender, nadie garantiza que el aprender sea sencillo.
Cada palabra sufre la condena de arriesgarse a no ser espontánea
si por tratar de ser clara y sincera, se mide y retacea.
Es que de sus impensados sentidos o de un decir inexacto se debe escapar
si es que no se quiere herir creyendo empuñar una pluma,
y en realidad se está sosteniendo una espada.

Los nuevos retos impuestos sin conciencia unas veces, con audacia algunas mañanas,
desafían en formas impensadas, desestabilizan las razones
y desvanece la certeza hasta en las convicciones más acomodadas.
Desarmado, sin defensas… no se piensa en retiradas.

De otro mundo, donde todo esta bien… hasta en las raras encrucijadas.
Con comprensión y pocos problemas
con frases que parecen dichas antes, o de a ratos inventadas,
poco ortodoxas seguro, pero que me creo que no dan lugar a malas pasadas
brota un halo de calma, se alimenta la confianza.

Una sorpresa grata, una mirada.
Un gesto simple… una historia nada complicada..
Una promesa de diálogo siempre, hasta en la peor de las rabias.
Un pacto que se teje a diario, que se basa en pautas no acordadas…
Quizás en un pasado, o en el conocimiento sólo de ayeres.
O en descubrir que se quiere ser más… sin pretender ser nada.

12/2/09

Definiciones

Los invito a jugar un juego.. (por que a otra cosa no se puede jugar y no pedire nunca invitarlos a jugar una mala pasada).

Se llama: ¿A ver quién se define mejor?... no me refiero a las cosas evidentes, que a los ojos de todo están, sino al recorte que podemos cada uno hacer de nosotros mismos...
Y sólo para ordenarnos, se me ocurre poner unas reglas: la primera, se debe ser tan breve como se pueda. La segunda, no vale ser tan breve que no implique dedicarle un segundo y quemar cierta cantidad decente de neuronas.
La tercera, deben responder en los comentarios de este blog, nada de mails, palomas mensajeras, ni insultos en la calle.
Cuarto, no valen obviedades... y es mejor dejar librado la mayor parte a la imaginación, que volverse explícito...

Yo abro la partida... pero como a mi se me ocurrió jugar a esto, no voy a seguir pensando. Así que me voy a tomar prestada la definición de alguien más (gracias hermanito por la fuente, "fue una gran inspiración").

Entonces, quisiera que se diga de mi: "Irremediablemente cuestionador de las ideologías, románticamente enamorado del pensamiento racional, alérgico a las posmoderneces. La muerte es un detalle muy molesto que hace de esta una existencia poco seria. Lamento que no existan dioses, nos deben varias explicaciones."

8/2/09

Ya se cuentan 365

Apenas ayer el estomago era un nudo de nervios. Las dudas, las expectativas, las ilusiones, no cabían dentro del equipaje. Las horas de viaje se volvieron tan largas, como breves resultan hoy las instantáneas de esos recuerdos, con soles, nubes, luces y sabores de lugares nuevos.

Un momento único que quisimos que dure por siempre. Caras que robamos a gente desconocida para hacerlas parte de los nuestros. Los abrazos que dimos con fuerza intentando atrapar para siempre a los que llamamos amigos, no resultaron tan fuertes, pues a pesar del esfuerzo, lejos nos hemos ido.

¿Porqué se nos vuelve tan distorsionada la percepción de lo que pasó?
Si es un corto viaje, apenas hasta mTamaño de fuenteuy lejos, el que nos separa de una taza de chocolate y una charla única junto a la ventana. Con acentos de novelas y costumbres raras, pensamos en esos días, el de ayer... el de hace un mes... o de hace muchas semanas.
Entre el deleite de desandar las vidas de los compañeros, se colaron saberes duros y buenos maestros. Aprendimos de todo, de todos, de nosotros, nos conocimos.
De vez en cuando, alguien se asoma con un mensaje, nos cuenta a pausas eternas con que pasa sus días, o con quien lo comparte. Con los pulmones llenos y listos para un aliento largo, se nos recorta una mueca de alegría cuando sabemos de aquellos ahora deben pensar impar... porque al 1+1 que habían elegido formar, se les suma un pequeñito digito más...
Ya se cuentan 365, las veces que despertamos desde aquel amanecer temprano en bogotá, lejos para algunos, propia para otros... y aún me parece que en cualquier momento, doblando en alguna esquina nos volveremos a encontrar.